Comunicado 15:

“La Arremetida Final”

A casi 7.000 metros de altitud los días transcurren lentos, el aire es un bien mucho más preciado y las rutinas más básicas y elementales se transforman a menudo en un gran esfuerzo. En el Campo 3 estas son las reglas del juego y las hemos decidido aceptar como parte de la vida que estamos llevando.

El mal clima que tantas veces vemos graficado en las barras de precipitaciones, viento y humedad se ha manifestado con una inclemencia que nada tiene que ver con aquella planilla limpia y en colores que vemos por Internet. En efecto, la noche del 14 de julio un temporal de viento y nieve castigó el C3 como ningún pronóstico había sido capaz de anticipar. La nieve se colaba a través de minúsculos espacios imperceptibles en la sofisticada tela de nuestras carpas como si estuviese siendo inyectada a presión por una fuerza superior. El ánimo y la templanza de quienes amanecieron con el interior de la carpa cubierto de blanco fueron puestos a prueba una vez más.

Conocedores del hecho que una expedición a los Himalayas tiene mucho más de sacrificio que de glamour, nos sobrepusimos con nuestro mejor humor a las inclementes condiciones. El trabajo en la montaña debía continuar. García-Huidobro y Olivares salen desde el C3 hacia el C4 con la misión de seguir equipando la ruta con cuerda fija y así garantizar la seguridad de todos quienes transiten por ella. Por su parte, Gutierrez y Echeverría bajan al C2 con el fin de portear los víveres y el combustible necesarios que nos permitirán prolongar el trabajo en altura.

La montaña está llena de imponderables. El día 15 de julio, Jaime Cartagena, miembro de la expedición USACH es evacuado desde el C2 con el diagnostico presunto de edema pulmonar. Ante la gravedad de la situación, se establece una comunicación radial entre Luis Álvarez, jefe de la expedición USACH y Francisco Larraín, nuestro médico. Se acuerda que es necesario bajar a Jaime lo antes posible a la seguridad del Campo Base. Larraín, Bascou y Muñoz salen desde el Campo Base hacia el Campo 1 a fin de llegar con el apoyo médico lo antes posible al encuentro de la potencial urgencia. Luego de un examen físico a 5.000 metros de altitud, Francisco Larraín descarta el edema pulmonar y diagnostica una faringitis erosiva, cuadro cuya gravedad es mínima. Una vez más nos sentimos contentos y satisfechos de poder prestar ayuda, en la medida de nuestras posibilidades, a compañeros montañistas que a estas alturas se han convertido en nuevos amigos.

Nuestra ya conocida cordada polaca-eslovaca, siguiendo un estilo audaz y liviano ha vuelto a intentar su segundo ataque a la cumbre. Esta vez, y luego de 12 horas de esfuerzo alcanzan, por primera vez en esta temporada, la cumbre del Nanga Parbat! El 15 de julio a las 13:40, hora local, se convierten en los escaladores que más alto han llegado en esta montaña que nos tiene completamente cautivados a todos. Compartimos, con genuina alegría, su logro ya que han demostrado que, a pesar de la abundante cantidad de nieve caída esta temporada, es posible alcanzar la anhelada cumbre.

El trabajo en la ruta hacia el C4 continúa. Con la rigurosidad y profesionalismo de siempre, García-Huidobro y Olivares, asistidos por Soldner, Echeverría y Gutierrez terminan de poner la cuerda fija hacia el C4 dejando sólo 100 metros por equipar. Además concluyen el porteo de equipo, víveres y combustible hasta el C4 con lo que la montaña ha quedado lista para la arremetida final.

El pronóstico del clima muestra que la mejor opción para intentar un ataque a la cumbre es a partir del miércoles 18 de julio. Una cordada polaco-vasca ha intentado atacar la cumbre 24 horas antes y se han encontrado con ráfagas de viento por sobre los 100 kms/h y baja visibilidad. Han regresado al C4 luego de apenas dos horas de salir de sus carpas. Un ataque hacia la cumbre en estas condiciones resultaría absolutamente incierto e irresponsable por lo que estamos tranquilos al saber que anteponemos nuestra seguridad por sobre la ilusión de alcanzar primeros la esperada cima.
Posponer nuestro ataque en un día resultó ser, definitivamente, la opción más seria y profesional.

En la madrugada del 18 de julio (medio día del 17 de julio en Santiago), García-Huidobro, Olivares, Soldner y Gutierrez saldrán en un ataque decisivo y certero hacia la cumbre. Serán apoyados por Echeverría desde el C3 y por Muñoz, Larraín y Bascou desde el Campo Base. Tal como se había acordado en numerosas oportunidades, este esfuerzo debía ser y será hecho en conjunto con tres miembros de la USACH a fin de que la pesada tarea de abrir huella en la nieve honda sea más liviana. Con esto pretendemos plasmar en hechos la constante disposición de colaboración mutua que ha existido desde un principio entre las dos expediciones chilenas que se encuentran en el Nanga Parbat.

Mientras se leen estas líneas, un grupo de valientes montañistas está haciendo historia en el deporte nacional. Existe la posibilidad de que, en algunas horas, hayamos conquistado, por primera vez para Chile, la cumbre del Nanga Parbat. Será lo que Dios disponga.

Por nuestra parte nos sentimos muy satisfechos, contentos y orgullosos con la labor realizada. Nuestra expedición fue la primera en llegar al Campo Base, armar el Campo 1 y el Campo 2. Hemos instalado 3.200 de los 3.500 metros de cuerda fija que hay en el cerro, permitiendo que tanto nosotros como las demás expediciones transiten por la ruta sin peligro. Nuestro objetivo primordial ha sido la seguridad ante todo, lo que a veces nos ha retrasado respecto de otros escaladores cuyos estilos son distintos y que, sin embargo, han usado nuestras cuerdas para llegar a donde están. Hemos podido prestar una valiosa ayuda a las demás expediciones en áreas tan diversas como atención médica y dental de urgencia, reporte diario de las condiciones meteorológicas y facilitar las comunicaciones cuando otros equipos han fallado. Esta montaña nos ha enseñado, entre tantas otras cosas, el valor de la amistad, la vida, el honor y la lealtad a toda prueba. Sabemos que aquí y no entre las rocas y el hielo es donde está la verdadera cumbre para cada uno.

Reciban un gran abrazo desde el Nanga Parbat!