Comunicado 12:

Instalado Campo 3. Sólo Nos queda atacar la Cumbre

El trabajo rumbo a la cumbre continúa incansablemente. Cada vez, ha sido necesario un esfuerzo mayor para progresar a través de la exigente pared Diamir del Nanga Parbat. Esta última semana hemos explorado nuevamente nuestros límites técnicos, físicos y mentales.

Carlos Bascou


Pablo Gutiérrez


Nazir y Cristián García-Huidobro

Luego de un frente de mal tiempo que duró tres días y que fue amenizado en el Campo Base con espontáneas sesiones de tamborileo y bailes que mas bien recordaban a una tribu primitiva que otra cosa, el informe meteorológico nos dio la buena noticia: podríamos volver a trabajar en la ruta pues se anticipaba una ventana de buen clima que duraría casi toda la semana.

Francisco Muñoz y Canon, documentando la expedición


Campo 2 después de una tormenta


Imagen al despertar en el C2

El domingo 1 de julio, Francisco Muñoz y Rodrigo Echeverría salen hacia el Campo 1 con la misión de mantener las terrazas de nieve sobre las cuales están armadas nuestras tres carpas. El día anterior, una avalancha pasó peligrosamente cerca, llevándose a su paso una carpa (afortunadamente vacía) de una cordada polaco-vasca que había sido armada apenas hace 24 horas. Al caer la tarde la tarea está concluida lo que coincide con la llegada al lugar de Cristián García-Huidobro, Ernesto Olivares, Mike Soldner, Carlos Bascou, Pablo Gutiérrez y Francisco Larrain, quienes llegan al Campo 1 con el fin de iniciar seis días de trabajo en la montaña. El objetivo será equipar con cuerda fija la ruta entre el Campo 2 y el Campo 3, instalar el Campo 3 y, con ello dejar el cerro preparado para el ataque final. Ambiciosa tarea nos hemos propuesto como siempre pero sabemos que el Nanga Parbat no se entregará a menos que demos absolutamente lo mejor de cada uno.

CGH en el muro Kinshofer en plena tormenta


FL, PG y EO completando una durísima escalada


Rodrigo bajo inhóspitas condiciones

Como esta “Montaña Desnuda” (Nanga Parbat significa precisamente eso) nos ha enseñado, lo planificado puede resultar muy diferente de lo experimentado en sus impredecibles laderas. La jornada se inicia a las 04:00 hrs. y, a poco de haber partido, Carlos Bascou debe retornar al Campo Base aquejado de un cuadro de faringitis. La ruta es ahora transitada por todas las expediciones que han llegado hasta acá. Esto provoca congestión en ciertos puntos críticos como por ejemplo, el exigente Muro Kinshofer. Así las cosas, los demás escaladores siguieron progresando por la ladera y alcanzaron la base del Muro Kinshofer pasado el medio día. Allí, debieron esperar a que la cuerda se liberara de quienes habían llegado antes a ese lugar. García-Huidobro, Olivares, Soldner, Larraín y Gutiérrez vivieron, probablemente el momento más difícil de lo que va corrido en esta expedición aquella tarde. La nieve caía sin tregua tanto desde el cielo como por el muro en la forma de pequeñas pero constantes avalanchas. La luz del día lentamente comenzaba a apagarse y la temperatura bajaba sin compasión. Durante varias horas estos cinco montañistas debieron sobreponerse a esas penosas condiciones. Esa tarde, y luego de 17 horas de esfuerzo ininterrumpido, los escaladores alcanzan la seguridad del Campo 2. Fue necesario recurrir a toda la fuerza, capacidad técnica y concentración por parte de cada uno para superar el Muro Kinshofer bajo una nevazón abundante, en completa oscuridad y cargando 20 kilos por una pared casi vertical.

Ernesto subiendo sobre la cuerda fijada por CGH


Transitando seguros por una sección de los casi 3.000 m. de cuerda fija equipada por nosotros


4 AM, escalando luego de la tormenta

Cuerda fija entre carpas del C2

El martes 3 de julio, Rodrigo Echeverría celebra su cumpleaños escalando al Campo 2, reemplazando a Carlos Bascou e incorporándose al equipo que, a partir de ese punto, continuará con el trabajo en la montaña.

Desde el Campo Base, Carlos Bascou y Francisco Muñoz realizan un vital trabajo de apoyo coordinando la estrategia y movimientos de carga que se realizarán en la altura.

Sobre el muro Kinshofer con vista al glaciar del Diamir


La calma de CGH en medio de la tormenta


Navegando en un mar de nieve honda

Por sobre el Campo 2, el Nanga Parbat nos ofrece otra cara. Ante nosotros se presenta una montaña de enormes extensiones nevadas, con laderas interminables por las cuales se transita con la sensación de estar volando a miles de metros de altitud. Luego del enorme esfuerzo invertido para llegar al Campo 2, la estrategia sugiere trabajar todo lo que el clima permita por sobre esa altura. Así pues, el plan que nos trazamos consiste en separar las tareas. Por una parte, García-Huidobro y Olivares equiparán con cuerda fija la ruta hacia el C3. En otro frente, Larraín, Gutiérrez, Soldner y Echeverría se dedican, por un lapso dos días, a portear hacia el C2 todo el equipo que ha sido depositado a lo largo de la ruta. Es una tarea especialmente difícil puesto que supone descender y luego subir, cada vez, cargando 15 kilos cada uno el ahora, agotador Muro Kinshofer.

C2 y C3 instalados, y ruta a la cumbre


Equipando la ruta entre el C2 y el C3


Pablo y Ernesto saliendo de la arista sobre el Campo 2

Por su parte, en la tarea de poner la cuerda fija, García-Huidobro y Olivares son asistidos a partir del segundo día por Pablo Gutiérrez quien complementa además su trabajo con la función de filmación de altura. Al día siguiente, la labor de asistencia es asumida por Francisco Larraín.
Con la cuerda fija instalada queda abierto el camino para que Garcia-Huidobro, Olivares, Soldner, Echeverria, y Larraín, porteen todo el equipo, víveres y combustible necesarios para montar el Campo 3.

Campo 2 al atardecer (6.100 m)


Otras expediciones transitando por nuestra cuerda (6.400 m)

Pablo camino al C3. Atrás y fuera de la ruta una de las diarias y espectaculares avalanchas

El trabajo hacia y en el C3 resultó, previsiblemente, mucho más difícil de lo esperado. La nieve es honda y pesada. Las condiciones de temperatura cambian en minutos desde el frío extremo a un calor insoportable. Avanzar se ha convertido en un desafío físico al límite de nuestras capacidades. Pero sobre todo, hemos tenido que extremar nuestra fuerza de voluntad para no claudicar ante lo difícil que es lograr cada avance. Cada metro asegurado con cuerda es un triunfo. Luego de cinco días de trabajo agotador en que hemos puesto 850 metros más de cuerda fija, se ha alcanzado el lugar del Campo 3 a 6.800 metros de altitud. En el límite de sus fuerzas, los escaladores logran tallar una terraza en la que ahora se encuentra armada nuestra primera carpa la cual cuenta con el equipo, víveres y combustible necesarios para intentar, apenas el clima lo permita, el anhelado ataque a la cumbre. Nuevamente hemos sido los primeros esta temporada en equipar la ruta y alcanzar este nuevo hito de la montaña.

Amaneciendo camino al C3


Francisco Larraín camino al C3

Campo 3, instalado!


Equipado el campo 3 (6.800 m)

Paralelamente, una cordada conformada por un polaco y dos eslovacos han decidido escalar en estilo alpino, esto es sin equipar gradualmente el cerro ni transitar por cuerdas fijas. Este estilo, obviamente es más rápido por lo que el viernes 6 de julio, deciden atacar la cumbre. Tras casi 10 horas de esfuerzo por nieve muy honda deciden regresar al C3. El descenso lo hacen utilizando nuestras cuerdas, corroborando la utilidad de contar con un trabajo adicional previo antes de intentar un ataque de cumbre en un ochomil.

Rapeleando de regreso al C2


Imágenes que nos sorprenden, sobre las nubes


Ernesto al amanecer en la arista por sobre el campo 2 (6.500m)

Gradualmente nos hemos ganado el respeto de las demás expediciones tanto en la ruta como fuera de ella. Somos un referente en el área de la salud prestando asistencia médica y dental a esta pequeña comunidad internacional en que se ha transformado el Campo Base. Nuestro equipo se mantiene sano y fuerte y el ánimo es el mejor. Sabemos que hemos logrado avanzar muchísimo en nuestro anhelo de llegar a la cumbre. Sin embargo, la satisfacción de lo que hemos conseguido en el camino hacia ella nos hace sentir contentos y orgullosos. Somos más amigos, queremos más la vida y estamos convencidos de que la cumbre será una consecuencia, si Dios quiere, del gusto y cariño con que estamos viviendo cada día este increíble sueño.

La verticalidad de la ruta


Mike, Ernesto y Cristian equipando el Campo 3 (6.800 m)


Ganalo Peak, al Norte (6.608 m)


Regresando desde el Campo 3 (PG, CGH, FM, FL, RE)

Desde el Campo Base del Nanga Parbat, reciban un cariñoso abrazo,

Primera Expedición Chilena al Nanga Parbat